La cultura moderna está dominada por la ciencia y la tecnología, que en su mayor parte ofrece una explicación para el comportamiento humano y las fuerzas de la naturaleza. Pero no siempre ha sido así. Palabras como "hechizo" y "magia" no tienen el mismo efecto en nosotros hoy como lo tenían en el pasado; se las vincula a trucos engañosos de los ilusionistas, o -más a menudo- a estafas. En el pasado, el papel del mago y el chamán era muy respetado en muchas culturas, ya que se pensaba que eran personas que controlaban las fuerzas invisibles e interpretaban la voluntad de Dios. Además, eran capaces de proteger el poder del rey o de la familia, y dar estabilidad a un imperio.
Antes de comenzar con nuestro análisis, necesitamos aclarar el tipo de enfoque que adoptamos en la preparación de éste y otros argumentos que tratan del conocimiento esotérico: es un estudio antropológico serio, porque la magia, al igual que la alquimia, la adivinación y la astronomía compleja, históricamente no era para entretenimiento o pura diversión. Era parte de las disciplinas esotéricas, para las cuales el conocimiento no era accesible a todos, sino que se transmitía a través de generaciones de sus practicantes.
Es probablemente la palabra mágica más común, pero en realidad no tiene un significado definido: fue utilizada como una palabra mágica y evocadora para el valor esotérico que la tradición popular le atribuía.
En el pasado, la palabra era considerada un poderoso hechizo para usar en caso de fiebre o infección. La fuente más antigua que menciona la palabra abracadabra es el Liber Medicinalis - también conocido como De Medicina Praecepta Saluberrima - de Quintus Serenus Sammonicus, un médico de la corte del emperador romano Caracalla en el siglo III d.C. Sabemos que Sammonicus prescribió que el emperador siempre llevaba consigo un amuleto que contenía la palabra escrita como un triángulo al revés:
La palabra, cuando se escribía al revés y se llevaba en el cuerpo, se creía que tenía poderes restauradores.
Se creía que una vez que un paciente se ponía el amuleto, sentiría una reducción de la enfermedad. Puede observarse aquí que incluso en la antigua medicina mesopotámica existían ritos de exorcismo contra los demonios de la enfermedad, y que las prácticas rituales y astronómicas se remontan a la prehistoria.
Caracalla no fue la única que eligió practicar magia para prevenir las fuerzas del mal; los emperadores Geta y Severus Alexander también siguieron las recomendaciones de Serenus Sammonicus, usando el hechizo con el mismo propósito.
Algunos investigadores creen que es posible entender la etimología de la palabra "abracadabra", ya que en realidad tiene más de una explicación, pero hay algunas teorías principales.
La primera toma en consideración la expresión aramea "Avrah KeDabra", que significa "crearé mientras hablo" o "La palabra del mago se hará realidad". Otros estudios informan que la palabra proviene del árabe "Abra Kadabra", que significa "que las cosas sean destruidas", que en este caso se referiría a la enfermedad. En lugar de una maldición, los investigadores creen que la sentencia aramea se usó como un medio para curar enfermedades.
La segunda teoría dice que abracadabra podría indicar las palabras hebraicas "ab" (padre), "ben" (hijo), y ruach hacadosch" (espíritu santo). Aunquer en lo personal no me parece muy viable.
Una última teoría es que la palabra deriva de Abraxas, un término que se encuentra en piedras y gemas que se usaban como talismanes. Abracadabra podría haber descrito una mediación entre la humanidad y un Dios del Sol.
La palabra puede considerarse vinculada al "megas archon", el "Gran archon", el príncipe de las 365 esferas. En la cosmología del culto de Basilide de Alejandría - una secta gnóstica que representa un movimiento filosófico-religioso nacido en los siglos II y III d.C. - las siete letras que constituyen la palabra representan cada uno de los siete planetas: el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
La importancia del vínculo entre el abracadabra y los poderes curativos del Sol está presente en algunos amuletos y gemas donde la palabra, para expulsar las fuerzas del mal, fue escrita con fines apotropaicos. Los arqueólogos encontraron muchos amuletos en forma de triángulo con la palabra abracadabra. La palabra era un conjuro; solía cantarse desde la parte superior del triángulo hasta la última "A" en la parte inferior. Se creía que la enfermedad disminuiría durante el hechizo, y eventualmente desaparecería.
La palabra ha sido encontrada en el documento gnóstico "El Libro Santo del Espíritu Invisible" y aparece en algunos papiros griegos que hablan de la magia.
En resumen, el "abracadabra" tenía un fuerte poder curativo para los creyentes, y su poder persistió en la tradición popular. De hecho, hay ejemplos de amuletos con la palabra abracadabra inscrita que son de tiempos más recientes y durante epidemias, como la peste que diezmó Londres entre 1665 y 1666. Daniel Defoe, considerado el padre de la novela inglesa moderna, escribió en "The History of the Plague in London" (La historia de la peste en Londres) que algunos ciudadanos desesperados empezaron a aplicar a las puertas un letrero con "abracadabra" escrito en él.
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