Cuando estaba en octavo grado fui a un viaje escolar que se llamaba Louisiana Tour. La mayoría de las veces yendo por ahí a lugares de interés en el sur de Louisiana. Uno de los lugares a los que fuimos fue a la plantación de arrayanes, considerada como uno de los lugares más embrujados del país.
Hay todo tipo de historias sobre el lugar, pero en un momento dado estábamos parados en una habitación como parte de un grupo más grande y el guía hablaba de algo, no recuerdo de qué.
Mientras estoy allí de pie, empiezo a escuchar lo que suena como si alguien tocara la tecla de un piano. Después de escucharlo un par de veces, empecé a buscar la fuente del ruido. No vi un piano, pero seguí escuchándolo.
Así que les pregunté a mis amigos que estaban de pie cerca de mí si lo habían oído y me dijeron que no. Cuando lo escuché de nuevo, dije que lo hay de nuevo y que ellos deben haberlo escuchado. Pensaron que estaba loco.
Así que volví a mirar alrededor de la habitación. Todos los ojos estaban puestos en el guía, excepto una mujer. Me llamó la atención y me apuntó a mí y luego a su oreja con una mirada inquisitiva. Me di cuenta de que ella estaba preguntando si yo también lo había oído y asentí.
En este punto, el guía comienza a contar la historia de un soldado que había muerto allí y que tocaba el piano y que varios invitados habían informado que lo habían escuchado tocar en la noche.
Honestamente no sabía qué pensar, supongo que aún no lo sé. Hablé con la mujer cuando salíamos todos de la habitación y ella había oído exactamente lo mismo que yo, pero su marido y su hijo no lo habían oído.
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